La estructura del e-Commerce
también debe estar adaptada al tipo de producto que vendas
Eso implica que cada tienda
online va dirigida a un target distinto y que las necesidades de las personas
que componen ese target son muy diferentes entre sí. La pregunta que deberíamos
hacernos, una vez definido el target al que nos dirigimos, es ¿qué necesita mi
potencial cliente para tomar la decisión de compra, y cómo puedo ayudarle a
tomar esa decisión de forma rápida?
En este sentido cobra especial importancia el
contenido de la ficha de producto. Algunas pautas que debemos tener en cuenta:
Orientar el lenguaje al tipo
de cliente al que nos dirigimos. Muchas veces utilizamos un lenguaje técnico
para definir las características del producto cuando el cliente necesita otra
cosa.
Dar la información necesaria para tomar la decisión de compra. Insistir en las diferencias de ese producto concreto respecto de otros similares, tanto nuestros como de competidores. La «información necesaria» es distinta para cada tipo de producto, y no tiene por qu’e ser (generalmente no lo es) solamente la información proporcionada por el fabricante.
La fotografía del producto
lo es todo. Las fotos deben tener la resolución necesaria para mostrar los
mínimos detalles, el comprador debe poder ampliarlas y debe haber más de una.
Busquemos, siempre que sea posible, fotos profesionales, con la iluminación y
la perspectiva adecuadas. En determinados productos, fotos que revelen de cerca
detalles o texturas son fundamentales para que el cliente no tenga dudas.
Presentar la información de forma atractiva, huyendo de largos bloques de texto que no invitan a la lectura.
Aprender de la experiencia
con el producto. Los clientes que ya han comprado, que hacen preguntas o que reclaman
son una valiosa fuente de información que deberíamos tener en cuenta e
incorporar a la información que proporcionamos.
Además, debemos fomentar la
interacción del cliente con reviews y comentarios, la posibilidad de compartir
en redes sociales e incluso de poner nota al producto.
Por otro lado, las propias
estructuras de la web de e-commerce deben adaptarse al máximo al tipo de
producto que vendemos. Algunos productos requerirán una web muy visual,
mientras que otros requerirán más hincapié en las cuestiones técnicas.
En cualquiera de las
plataformas más populares de e-commerce existen plantillas o temas adaptados a
necesidades diferentes, aunque lo mejor es contar con un especialista que pueda
realizar las modificaciones necesarias para obtener el resultado que buscamos.
Del mismo modo, las
garantías o el servicio posventa no tienen la misma importancia en todos los
tipos de producto. En los casos en los que este sea un punto importante, deben
ocupar un espacio destacado y no estar perdidas en el pie de página. En
definitiva, pensar en el producto y en el cliente que lo va a comprar es algo
que condiciona el diseño de nuestra tienda online, tanto cuando la ponemos en
marcha como en la evolución de la misma con el tiempo.